sábado, 22 de marzo de 2025

Sobre la pobreza menstrual

1. ¿Crees que la pobreza menstrual afecta al fracaso escolar? 
Desde mi punto de vista, la pobreza menstrual tiene un impacto directo en el fracaso escolar. El artículo menciona casos de niñas que, al no poder acceder a productos de higiene menstrual, optan por no asistir a clase durante su periodo. Esto genera un absentismo recurrente que, a largo plazo, afecta su rendimiento académico y su capacidad para seguir el ritmo de las clases. Además, la falta de productos adecuados puede provocar situaciones de vergüenza o incomodidad, lo que afecta la autoestima y la concentración de las estudiantes. La pobreza menstrual no solo es sólo un problema de salud, sino también un obstáculo para la igualdad de oportunidades educativas. Si no se garantiza el acceso a productos básicos como compresas o tampones, se perpetúa una desigualdad que afecta principalmente a las niñas y adolescentes de familias con menos recursos. Esto refuerza la idea de que la pobreza menstrual es una cuestión de justicia social y derechos humanos. 
 2. ¿Qué tabúes te has encontrado en clase al hablar de salud menstrual? Si no lo has tratado nunca, ¿puedes reflexionar acerca del motivo? 
En mi centro educativo , la menstruación sigue siendo un tema tabú. Aunque no he tratado directamente este tema en clase, es evidente que existe una falta de educación al respecto. Esto se debe, en parte, a que la menstruación es considerada un tema "privado" o "vergonzoso", lo que lleva a su invisibilización en los espacios públicos. El impacto de la falta del debate sobre la salud menstrual puede generar desinformación y mitos entre los jóvenes. Como menciona el artículo, muchas niñas no saben cómo usar productos como tampones o no reciben información adecuada sobre su ciclo menstrual. Esto refleja una carencia en la educación sexual y reproductiva, que debería ser una prioridad en los planes de estudio. 
 3. ¿Se ofrecen en tu centro productos de higiene menstrual en algún caso? 
En mi centro,  los productos de higiene menstrual no están disponibles de manera sistemática. Esto evidencia una falta de políticas públicas que garanticen el acceso universal a estos productos en las escuelas. La falta de disponibilidad de compresas o tampones en los colegios no solo afecta a las estudiantes, sino que también refleja una desigualdad de género. Mientras que otros productos básicos (como el papel higiénico o el jabón) están disponibles en los baños, los productos menstruales no se consideran una necesidad esencial. Esto perpetúa la idea de que la menstruación es un problema individual y no una cuestión colectiva que requiere atención y recursos. 
 4. ¿Por qué crees que ha habido una regulación del precio de mascarillas para la COVID-19 y no de productos de higiene femenina? 
La regulación del precio de las mascarillas durante la pandemia de COVID-19 responde a una emergencia sanitaria global que afectaba a toda la población, independientemente del género. Sin embargo, la falta de regulación del precio de los productos de higiene femenina refleja una desigualdad estructural y una falta de reconocimiento de las necesidades específicas de las mujeres.  La falta de regulación en este ámbito puede deberse a varios factores: 
  •  Invisibilización del problema: La menstruación sigue siendo un tema tabú, lo que dificulta que se reconozca como un problema público. 
  •  Falta de representación: Aunque las mujeres son las principales afectadas, su voz no siempre está representada en los espacios de toma de decisiones. 
  •  Priorización de otras políticas: Las medidas relacionadas con la COVID-19 se consideraron urgentes debido a su impacto global, mientras que la pobreza menstrual ha sido históricamente ignorada.

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